por Vernet

Una de las cintas cuyo estreno generaba más expectativa para este año, era Alicia en el país de las maravillas, esta vez bajo el sello de Disney y la mano del “Dark Midas”, Tim Burton. La tarea no era fácil, debido a los pleitos y boicots que previo al estreno, se avecinaban, ya que la casa del “Ratón Miguelito” no cedía ante su nueva estrategia de estreno en DVD, y las distribuidoras no querían ver empañado su negocio. Es bajo este escenario que por fin llega a nosotros habitantes del país sino de las maravillas, si de las notas amarillas, el nuevo trabajo de este gran director, arquitecto detrás de grandes proyectos como los son: “El cadáver de la novia” y “Coraline”.

Como autor de esta reseña me veo en la necesidad de hacer una advertencia antes de comenzar: no leerán una comparación película versus libro, pues aunque para  muchos el libro es un obligado de Lewis Caroll , habemos mortales campiranos que no lo hemos leído, y nuestro acercamiento a la historia es bajo las fabulas de Disney. Aclarado lo anterior, proseguimos.

Todo comienza cuando Alicia una chica alegre, soñadora y creativa, le cuenta a su padre una pesadilla recurrente, que tiene lugar en un sitio que solo podría maquinar la gran imaginación de una niña: con criaturas increíbles y escenarios hermosos. Sin embargo, su padre, que para ella es un personaje de enorme admiración, fallece, acto seguido, la mano de Alicia es pedida por un Lord inglés, poseedor de una personalidad frívola y de un carácter torpe, pero con gran renombre entre las familias de la burguesía, aunque no es la vida que nuestra porotagonista desea. Justo después de que se formula tal propuesta, Alicia fiel a sus instintos de niña, corre a perseguir un conejo, el cual la adentra en un mundo mágico, que aunque ya conoce, no recuerda. A su entrada se encuentra con personajes que ella cree que son producto de sus sueños, sin embargo pronto se dará cuenta de la importancia de su regreso a este mundo y porque los habitantes del mismo tienen puestas sus esperanzas en ella.


Los efectos visuales son la principal virtud de la película, en ellos se puede notar el toque de Burton, pues aunque está llena de colores vividos, nos hacen recordar a cintas como “Coraline” o “El cadáver de la novia”. Las actuaciones son bastante convincentes, atrapan al espectador durante toda la cinta; el sombrerero loco, el gato, la reina blanca, Absolom, la reina roja, etc; todos ellos cautivadores. La recomendación es ver la cinta en su idioma original, ya que las voces  son más que un complemento, un elemento fundamental de las actuaciones. La experiencia en las salas 3D es también recomendable.

Burton lo ha hecho de nuevo, ha logrado cumplir y superar expectativas, mezclando casi a la perfección: brillantes actuaciones, grandes efectos visuales y una historia muy entretenida, brindándonos así una gran experiencia. Alice en el país de las maravillas es un filme obligado a ver este año.



Alice in Wonderland / 2010 / Tim Burton